CASA VACÍA

Porque te di rufugio bajo el porche
un día de tormentas en el alma,
me esperas a la puerta de mi casa.
Porque callé aquel trueno que gritaba
el día que la pena te acechaba,
adoras el silencio de mi casa.
Porque el espejo de mi ventana
te devuelve flores y guirnaldas,
me pides los reflejos de mi casa.
Pretendes cultivar en mi jardín
otras plantas que adornen mi fachada
con palabras y besos a la entrada.
Pero al abrir mi puerta no habrá nada.
Mis habitaciones huelen a olvido,
se quejan las bisagras, tengo el pozo sin agua,
cicatrices en el suelo y las ventanas,
goteras en el techo aunque no llueva.
En las paredes duelen viejas marcas,
mis pasillos se pierden peregrinos
y mis escaleras siempre bajan.
Acompáñame unas horas en el porche
y despues aléjate de mi morada,
porque en mí no habita nada.
Tan sólo abrázame cuando te vayas.
M.A.W. 12-12-04®
0 comentarios